Hija de Caguas y La Habana

In observance of Mother Language Day and because its topic makes this appropriate, the rest of this post is in my native Spanish.

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He pensado mucho de mis raíces.  Soy una criatura de combinación, hecha de muchas piezas, cosida difícilmente junta.  Soy americana, boricua, cubana, y en unos meses, canadiense.  Nací en una ciudad, de padres ciudadanos y campesinas, quienes llegaron a madurez en New Jersey después de niñeces en las islas del Mar Caribe, inmigrantes sin inglés.

Viví en New Jersey, rodeada de las culturas italiana-americana, boricua-americana, e irlandés-americana.  Viví también en Miami, en el medio de la cultura cubana-americana y la mezcla de cosas raras y únicas que es el sur de la Florida.  Vivo ahora en Canadá, en donde tengo que construir cosas familiares de partes salvadoreñas, jamaicanas, y polacas.

No sé si jamás veré los lugares de mi pasado.

Años van a pasar antes que podrá volar a New Jersey para ver la calle donde viví.  Mis padres me dijeron que la casa ya no parece como acuerdo, que las rosas ya no crecen en el patio y la mata de acebo hace años se murió.  Quizás es mejor que no lo veo.  Hay carboneros por acá, y casi nadie que quiero ver por allá.

Mi familia no quiere bregar con la idea que yo soy la persona que soy.  Cada vez en cuando me llaman, pero no ha sido similar que antes.  Ahora se oye la tristeza o el coraje en sus voces cada vez que oyen la mía, como que están hablando con una fantasma de una memoria.  Lo que oigo es literalmente nostalgia: dolor en sentir que algo se perdió y no se consigue más.  Ya no me piden a llamarlos.  Mi familia en Miami es, por su cuenta, mucho más pequeña ahora, consistiendo de la minoría de mis relaciones que no me han repudiado y amigos que han quedado cerca.  Si vuelo a Miami otra vez, tendré que solicitar amigos para albergarme, porque jamás podré sentirme seguro en la casa de mis padres.  Hay recuerdos queridos por allá, y cultura familiar, y comida que me hace llorar.  Quiero regresar, eventualmente.

Nunca he visto a Cuba ni a Puerto Rico personalmente.  Quizás algún día tendremos dinero suficiente para visitar a las islas que me dieron las culturas de mis padres, para que yo pueda ver así cerca de donde vengo.

Nunca he tenido una relación especialmente cariñosa a mis raíces culturales.  La cultura hispánica todavía da apoyo a sentimientos homofóbicas, anti-transgéneras, anti-ateas, y de varias otras formas opuestas a lo que yo vivo.  El machismo hispano es famoso, severo, asqueroso, y vergonzoso, y no quiero ningún parte en preservarlo para las generaciones futuras.  Las generaciones futuras merecen mejor que eso.  Hay mucho para criticar en nuestra historia, especialmente ahora que el poder de la Iglesia Católica sobre las sociedades hispánicas se está debilitando.  Fue posible, con mi distancia y mi expulsión de la compañía hispanohablante, que yo rechazara el resto.  Fue posible, con esa ruptura, que rechazara mi raza también.

Ni quería ni pude.  Aunque podría ser blanca en un contexto específicamente latinoamericano, no soy blanca por acá.  Traigo detrás de mi cienes y cienes de años de revolución y resistencia, yuca y maíz, sol y arena.  Detrás de me tengo los atentos finales de Hatuey y Agüeybaná de conseguir un archipiélago Taíno fuera de control español.  Detrás también tengo los esclavos africanos quienes nos dieron las delicias de nuestra cocina: sancocho, tostones, mofongo.  En ser rechazada de la cocina de mis padres y prevenida a quedarme conectada a mis raíces de esa manera, tuve desaire recargada a conocer de dónde vine.

Sabía ya que los Taínos de Puerto Rico no se desaparecieron.  Mi bisabuela fue Taina, mis padres me dicen, y comunidades Tainas continúan en la Isla Bonita.  Empecé una investigación para averiguar cuales partes de mi cultura debo a los Tainos de Cuba y Puerto Rico, y encontré información fascinante.  Los Taínos nunca desaparecieron.  Los españoles querían islas sin personas indígenas, y declararon muchas veces que el ultimo Taíno se murió o fue matado.  Pero comunidades funcionalmente Tainas continuaron por cienes de años, mientras que sus miembros uno a uno empezaron a declararse “mestizos” y, especialmente, “guajiros” y “jíbaros.”  Las maneras Tainas de vivir se consideraron primitivas, rurales, y de bajo estación, y las maneras españoles modernas, urbanas, y sofisticadas, y ese prestigio causó a muchas personas que pudieron ser Taínos decidir en ser algo diferente.  Pero de todas maneras, la sangre Taína y la cultura Taína persistieron en Cuba, en Puerto Rico, en la República Dominicana, y en otras partes, desafiando la mentira que los Taínos simplemente desvanecieron.

Pero todavía no sentí permiso para declararme miembro de esa historia.  Mi apariencia debe más a España que a Boriken, y he vivido varios pasos separada de mi herencia Taina.  ¿No será intrusión en espacios indígenas introducirme por cuenta de una bisabuela, una yuca, y un acento?  ¿No será problemático designarme mi misma como persona indígena, cuando parezco tanto a las personas quienes los hicieron indígenas?

Y después vi a las personas en las páginas Tainas.  La mayoría parecieron como esperé, visiblemente indígenas, parecidos a la imagen popular de personas indígenas a lo largo de las américas.  Pero mezclado entre personas como estas…

Un grupo de Tainos en vestido ceremonial, con un grupo más grande en ropa ordinaria detrás. Tienen piel morena y pelo oscuro, y los hombres llevan su pelo en trenzas. Sus ropas consisten de faldas cortas con accesorio de oro y ocre, y para las mujeres, bandeaus. Todos llevan puestos prendas hecho de caracoles.
Taínos en vestido ceremonial. Desde writingwithcolor.tumbr.com.

…fueron personas como esta.

Una mujer en traje de desfile inspirado por ropas Tainas. Tiene piel más clara que los Tainos en el imagen anterior. Ella lleva un bastón que lleva la bandera de Puerto Rico e imágenes religiosas Tainas, y su vestido lleva más imágenes Tainas.
Desde Taino Nation.

Hay Taínos, aceptadas y reconocidas, que parecen a mí.  Hay Taínos, llevando puesto variaciones de las ropas tradicionales, tan exhibicionistas como son y como soy, que parecen a mí.  La idea Taína no es la herencia guardada de una comunidad insular y secreta, prohibida a suplicantes de afuera.  Es una herencia que todos los descendientes de Kubao y Boriken y Xamayka y Ayiti y otras islas caribeñas pueden reconocer como suya.  Descendientes como yo, cortada de mis raíces, tratando de entender lo que significa ser la hija americana y canadiense de homófobos  católicas de Cuba y Puerto Rico, transgénera, lesbiana, prohibida eternamente de pretender a blancura, separada de mi familia natal, tratando de no perder lo que me siguió de las islas que me hicieron la persona que soy.

Mis padres hablan de hicoteas y caimanes, barbacoas y huracanes, yuca y maíz.  Yo sé de donde esas palabras vienen.

La lengua Taína de Hatuey y Agüeybaná se destruyó.  No hay suficientes recuerdos ni para atentar a revivirlo.  Los Taínos ancianos no tuvieron sistema escrito, y su lengua se desapareció con los crímenes de los españoles.  La lengua que me viene de mis ancestros Taínos es el español, el español fresco y extraño de Cuba y Puerto Rico, con sus acentos flojos y sus palabras raras.  Mi relación con el español ha sido difícil, como vehículo de mis ansiedades sobre mi cultura, mi género, y mi orientación sexual.  Seleccioné el nombre Alyssa en desafío a las demandas de esa extracción: un nombre en inglés para enseñarlos que no voy a ser cautiva a sus ideas.  Con esa victoria lograda, puedo abrazar a mi lengua natal con nueva apreciación.

Detrás de me tengo los atentos finales de Hatuey y Agüeybaná de conseguir un archipiélago Taíno fuera de control español.  Detrás de mi tengo las personas bellas y fuertes quienes conocieron a los invasores que vinieron sobre el mar del este.  Detrás de mi tengo las personas que mantuvieron tradiciones de sus días independientes durante cienes de años de dominación español.  Detrás de me tengo personas que adoptaron tradiciones españoles e inventaron tradiciones nuevas como manera de sobrevivir, e hicieron de esa mezcla algo nuevo y bonito.  Detrás de mi hay personas que parecen españoles pero saben en su sangre y en su corazón que la cosa no es tan fácil, que las niñas de Atabey no se extinguirán con los pasos sencillo de los años.  Detrás de mi son las personas que vivían en lugares con nombres como Guanabacoa y Vieques y sabían exactamente lo que esos nombres significan.

Delante de mí, hay un futuro en que reconozco mis propias raíces, sin la ayuda de mis padres, quienes ven a su herencia Taina con vergüenza en vez de orgullo.

Delante de mí, veo la persona que soy y voy a ser.

Alyssa Alexandra Celestino Gonzalez: americana y canadiense.  Cubana y Boricua.  Atea y científica.  Transgénero y lesbiana.  Hispana, y Taína.

Tengo mucho para explorar.

 

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Hija de Caguas y La Habana
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